Atestados de este mundo de sangre estamos rodeando la libertad de callar nuestro dolor de manera miserable y sin gritos del alma que puedan pedir ayuda ya que su voz nunca será escuchada.
Mientras tanto, en mi cuarto añoro la luz de la luna cada vez que amanece y extraño el frío cuando llega el verano pero solo ese blanco lienzo de amplio espacio que plasma mis ilusiones y mis deseos está fremte a mi.
Sin embargo aunque quiera no puedo decir palabra alguna y no puedo hablar. Todo mi sentido está al borde de morir pues mi tinta se ha secado mi pluma no escribe. Mis palabras no hablan y no dicen nada, por mas que intento no hay color en mis palabras.
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