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martes, 22 de noviembre de 2011

EL MILAGRO DE SER AUTENTICOS (el libro) cap 1


SER YO
Como todo buen ciudadano diría que amo mi país y estoy orgullosa de él pero realmente sería mentir ante mi verdad y ante la verdad que Dios me manda a proclamar ya que como la mayoría de nosotros, nos enorgullecemos solamente cuando hay victorias que celebrar o cuando un milagro nos salva de nuestra propia ruina.

Somos seres impredecibles e incalculables en cuanto a nivel de abstinencia se refiere ya que por ser humanos caemos en tentaciones que nos arrastran a consecuencias que pueden repercutir el resto de nuestra vida pero más que todo las pasiones desenfrenadas son más peligrosas y tienden a ser mas perseverantes hasta hundirnos en lo que llamamos fuera de razón lógica.
Cada ser humano ha nacido con un propósito divino de proclamar justicia en medio de la batalla del tiempo y expandir la sagrada palabra de nuestro Dios que nos lleva a nuestra propia salvación.
Pero nuestra salvación no solo nos consta mediante las sagradas escrituras sino que también involucra mucho lo que somos y cómo forjamos nuestro espíritu y nuestra forma de ser ante todo el mundo de una sola manera y es la de ser uno mismo en cualquier parte.

El ser libres no significa hacer en cuanto se nos venga en gana sino que el ser libres significa dar a conocer nuestra capacidad de hacer cosas de las cuales estamos orgullosos y mostrar todo lo bueno de nosotros dando nuestro mayor esfuerzo en cualquier cosa sin importar la magnitud de la situación ya que las cosas pequeñas produce algo muy grande. Nuestro ser, nadie nos lo quita y no es algo que hasta la muerte se pueda llevar ya que lo mas valioso que dejamos a la hora de la muerte es lo que alguna vez fuimos en este mundo: “No me recordéis por lo que seré sino que por lo que fui”.
Hubo una vez en la que tuve un retiro en dónde me pusieron a escribir un testamento como si ese día fuera mi último en este mundo. Esta experiencia tuvo mucho sentido ya que la muerte nos asecha en cualquier momento y las personas nunca saben lo último que queremos decir y cuál va a ser nuestra última palabra.


Cierto día vi en la televisión un caso de la vida real que me sigue intrigando hasta el día de hoy. El caso era de que una madre soltera tenía una hija de 17 años. La chica era de personalidad fuerte y caía fácilmente en tentaciones como alcohol, tabaco y drogas. La madre no lo sabía ya que el vicio recién había comenzado, pero de pronto la madre calló con una enfermedad grave y terminal y la hija se sentía culpable del secreto que le había estado guardando a su mamá y no hallaba el momento de decírselo. Un día la chica despertó con la intención de contar su secreto así que se dirigió a la habitación de su madre pero era demasiado tarde para cualquier secreto y siquiera para una sola palabra, ella estaba muerta. La chica se sentía tan culpable que decidió quitarse la vida para acompañar a su madre al más allá y si la oportunidad las juntaba, contarle el gran secreto que la atormentaba.
Hoy en día hay tantas historias trágicas como esta y hasta peores que han llegado a callar hasta los más expertos que han quedado intrigados por hechos inexplicables. Hay tantas cosas por entender de la mente humana que nunca tendremos el tiempo suficiente para relacionarlo con la realidad o por lo menos de lo que creemos que es real.
Ser como se es, es una opción que podemos elegir desde el comienzo de nuestra autonomía y eso es lo más confortable para llegar a ser lo que queremos ser en un gran futuro.

En alerta Roja (El libro)


Últimamente se han repetido varias pesadillas en mi mente que se vuelven realidad todos los días de mi existencia y, a pesar de todo, no hago nada para alejar los infortunios de mi mente porque no tengo la voluntad necesaria de querer una vida positiva y sin prejuicios. Es algo complicado el tener que salvarse de un problema que no tiene raíz y mucho menos si el problema está solo en mi mente.

Ciertamente les digo que a veces como personas pecadoras, hemos pensado muchas veces en nuestra propia desgracia cuando vemos que algo nos cuesta o simplemente cuando algo nos sale mal. Somos en cierto sentido, la clase de personas que se esfuerzan por entender los problemas ajenos sin antes entender los nuestros.
Los problemas ajenos a veces son más fáciles de resolver que nuestros desgraciados problemas que nunca tienen solución debido a que siempre decimos: “no puedo hacerlo”, “este problema me queda grande”, “mejor que se resuelva solo y que Dios me ampare”. Menciono estas típicas frases ya que me hago participe de este vocabulario pesimista como muchos a los que consideran que la vida es dura.

En efecto, la vida no tiene nada de fácil y eso me lo podrá comprobar todo aquel que le dicen NO cuando pide permiso de salir a una fiesta, todo aquel que lo callan cuando quiere hablar, todo aquel que lo encierran en la casa para no ver la luz del día, todo aquel que le cuesta el colegio, todo aquel que no encuentra un verdadero amigo, todo aquel que sus amigos lo han traicionado, todo aquel a quien le han pegado, todo aquel a quien le han prohibido la diversión, todo aquel que se siente triste al no poder sentirse amado.
Hay tantas cosas que no podemos evitar sentir más de alguna vez en la vida que pueden ser pedazos de buena suerte o más de algún infortunio.

Hubo una vez en la que estaba completamente segura de que Dios me había abandonado cuando más lo necesitaba ya que en ese momento estaba en cama con sueros inyectados y a punto de morir. Fue una experiencia traumante pero me di cuenta que el hecho de haber sobrevivido fue nada más que un milagro divino.
Hay tantas maneras de desperdiciar la vida que ya ninguna de ellas funciona realmente para darnos cuenta de que estamos haciendo algo malo o que estamos destruyendo una parte de nosotros que jamás volverá.

Cuando se es joven, la vida es  mucho más deseable que cuando se tiene la obligación de trabajar para subsistir y poder ganar dinero. Los padres a veces piensan que nuestra vida está fuera de control y que algo malo resultará de eso, pero realmente están equivocados ya que nuestras vidas son diferentes a las de ellos y por eso es que no admiten nuestra forma de ser y prefieren que nos parezcamos a ellos.

LETRA SIN COLOR

Atestados de este mundo de sangre estamos rodeando la libertad de callar nuestro dolor de manera miserable y sin gritos del alma que puedan pedir ayuda ya que su voz nunca será escuchada.
Mientras tanto, en mi cuarto añoro la luz de la luna cada vez que amanece y extraño el frío cuando llega el verano pero solo ese blanco lienzo de amplio espacio que plasma mis ilusiones y mis deseos está fremte a mi.


Sin embargo aunque quiera no puedo decir palabra alguna y no puedo hablar. Todo mi sentido está al borde de morir pues mi tinta se ha secado  mi pluma no escribe. Mis palabras no hablan y no dicen nada, por mas que intento no hay color en mis palabras.